¿Sabes en qué consiste la estimulación temprana? En UNIR Perú abordamos las claves de la educación temprana y sus principales ventajas para los niños.
Qué es estimulación temprana:
La definición de estimulación temprana incluye un conjunto de técnicas diseñadas para fomentar el desarrollo cognitivo, emocional y social del niño desde una edad muy temprana (de 0 a 6 años). Su metodología didáctica se asienta en dos principios básicos:
- Estimular y potenciar las capacidades y destrezas que muestra el niño
- Compensar o prevenir cualquier déficit en su neurodesarrollo
La estimulación temprana no solo se centra en el desarrollo inmediato, sino que también prepara el terreno para un futuro lleno de oportunidades de aprendizaje. Al abordar las capacidades y destrezas desde una edad temprana, los programas de estimulación temprana de UNIR se aseguran de que cada niño alcance su máximo potencial.
Métodos efectivos en programas de estimulación temprana
Los métodos utilizados en un programa de estimulación temprana incluyen juegos didácticos, ejercicios de psicomotricidad y recursos musicales. Estos métodos están diseñados para ser divertidos y atractivos, permitiendo que los niños aprendan y se desarrollen a través del juego. La incorporación de estas actividades en la rutina diaria de los niños asegura un desarrollo integral y equilibrado.
¿Por qué empezar a educar a niños tan pequeños?
En los primeros años de la infancia el cerebro del niño tiene una alta capacidad para crear nuevos circuitos neuronales en base a los nuevos aprendizajes y las experiencias vividas. Es lo que se conoce como plasticidad cerebral.
Este sería el principal objetivo de la intervención educativa temprana: “entrenar” y estimular el cerebro en el momento crítico en que el niño empieza a pronunciar sus primeras palabras, a desplazarse y a explorar el mundo por sí mismo. Asimismo, la educación temprana se asegura de que el pequeño alumno pueda extraer el mayor provecho del proceso de aprendizaje y que adquiera nuevas estrategias eficaces en la manera de interactuar con su entorno. En definitiva: que el niño aprenda a aprender.
El rol de los padres en la estimulación temprana
La participación activa de los padres es crucial en los programas de estimulación temprana. Al involucrarse en las actividades y seguir las recomendaciones de los educadores, los padres pueden reforzar los aprendizajes y el desarrollo de sus hijos en casa. Ejemplos de actividades incluyen leer juntos, realizar juegos de construcción y actividades artísticas.
¿Cuándo empezar la estimulación Temprana? Guía por edades:
La estimulación temprana puede comenzar desde el nacimiento, pero cada etapa del desarrollo infantil tiene sus propias necesidades y beneficios. Durante los primeros seis meses, se enfoca en la vinculación y los reflejos básicos.
De seis meses a un año, se introducen actividades que estimulan la motricidad y el lenguaje. A medida que los niños crecen, las actividades se adaptan para incluir habilidades sociales y cognitivas más complejas.
Diferencias entre atención temprana y estimulación temprana
Es importante distinguir entre atención temprana y estimulación temprana. Mientras que la atención temprana se enfoca en la detección y abordaje de posibles dificultades en el desarrollo, la estimulación temprana busca potenciar las habilidades y capacidades de cada niño desde una edad temprana. Ambas son fundamentales para asegurar un desarrollo integral y exitoso del niño.
Programas de estimulación temprana
Un programa de estimulación temprana bien diseñado puede identificar y abordar cualquier retraso en el desarrollo, asegurando que cada niño alcance su máximo potencial.
Los métodos utilizados en un programa de estimulación temprana incluyen juegos didácticos, ejercicios de psicomotricidad y recursos musicales. Estos métodos están diseñados para ser divertidos y atractivos, permitiendo que los niños aprendan y se desarrollen a través del juego. La incorporación de estas actividades en la rutina diaria de los niños asegura un desarrollo integral y equilibrado.
Los programas de estimulación temprana o precoz inciden en las tres áreas del neurodesarrollo claves en estas edades:
- El desarrollo psicomotor y su autonomía personal
- El desarrollo del lenguaje y comunicación
- Las habilidades para relacionarse con el entorno físico y social
Previamente, el educador necesita conocer en qué estadio evolutivo se encuentra el niño y detectar cualquier indicador de cierto retraso en la adquisición de destrezas esperadas para esa edad. La metodología aplicada siempre tendrá un carácter lúdico. Los niños aprenden jugando, a través de juegos didácticos, ejercicios de psicomotricidad, recursos musicales…
Beneficios de la educación temprana
Además de los beneficios genéricos a nivel neurológico de la intervención educativa temprana, ¿cómo repercute esta en los procesos de aprendizaje y otras áreas del neurodesarrollo?
- Mejora la capacidad de concentración, memoria y creatividad del niño: tres pilares para un buen aprendizaje.
- Impulsa sus competencias psicomotoras. No olvidemos que motricidad y lenguaje van de la mano durante el neurodesarrollo.
- Facilita la adquisición del lenguaje: articulación del habla, comprensión y expresión oral, capacidad de retener más vocabulario.
- Despierta en el niño el interés por explorar y aprender; y, todavía más importante, va a disfrutar aprendiendo.
- Establece las bases para una rutina de trabajo que le ayudará a su inclusión en la etapa escolar. El niño será mucho más autónomo tanto en el aprendizaje como en el cuidado personal.
- Favorece las habilidades sociales del pequeño (empatía, asertividad, convivencia…) y su buena adaptación al entorno.
- Y, sobre todo, refuerza la autoestima.
Los beneficios de la estimulación temprana van más allá del desarrollo cognitivo y emocional. Participar en actividades de estimulación temprana no solo impulsa las habilidades psicomotoras y de comunicación del niño, sino que también fortalece su autoestima y capacidad para interactuar con el mundo que le rodea. Se puede decir que la estimulación temprana responde a las primeras necesidades educativas del niño y ayuda a potenciar su desarrollo integral en la etapa más crítica del aprendizaje.
Además, dado su carácter preventivo y rehabilitador, estos programas de estimulación educativa de 0 a 6 años son claves para la detección precoz de problemas del neurodesarrollo o de situaciones de riesgo que podrían interferir es los sucesivos aprendizajes del alumno. Por último, los métodos y modelos de intervención en atención temprana están diseñados bajo los fundamentos teóricos e investigaciones de ciencias como la neurología, la psicología del desarrollo, la pedagogía y, por supuesto, la educación infantil.