Dentro de los estados financieros de una empresa, se debe incluir el estado de cambios en el patrimonio neto, un documento que permite visualizar las variaciones en el patrimonio de la empresa de un período a otro.
El estado de cambios en el patrimonio neto es un informe financiero que muestra las alteraciones que ha experimentado el patrimonio neto de una empresa de un ejercicio a otro, y se incluye como parte de las cuentas anuales.
El patrimonio neto está compuesto principalmente por los fondos propios de la empresa, que incluyen el capital social, las reservas y los beneficios. Este patrimonio refleja el valor total de la empresa en un momento específico y se calcula como la diferencia entre los activos (lo que la empresa posee) y los pasivos (lo que la empresa debe).
Las cuentas anuales o estados financieros de la empresa son herramientas esenciales en la contabilidad, ya que deben presentar una imagen fiel del patrimonio, la situación financiera y los resultados de la empresa. Estos estados financieros permiten evaluar la situación de la compañía, compararla con periodos anteriores y tomar decisiones estratégicas para el futuro.
El estado de cambios en el patrimonio neto es un documento de presentación obligatoria, excepto para aquellas empresas que pueden formular un balance y memoria abreviados. Este estado recoge todas las operaciones financieras realizadas por la compañía durante el ejercicio y cómo han impactado en su patrimonio neto.
Por ejemplo, este estado incluiría la contabilización de una ampliación de capital realizada por los socios, el reparto de dividendos, la dotación de reservas, la recepción de una subvención, entre otros.
Este documento consta de dos partes:
- Estado de ingresos y gastos reconocidos: que incluye el resultado del ejercicio según la cuenta de pérdidas y ganancias, así como otros ingresos y gastos que, según las normas contables, deben ser atribuidos al patrimonio neto. También incluye las transferencias realizadas a la cuenta de pérdidas y ganancias según lo establecido por el Plan General de Contabilidad.
- Estado total de cambios en el patrimonio neto: que abarca las variaciones derivadas del estado de ingresos y gastos reconocidos, además de los cambios originados por operaciones con los socios o propietarios de la empresa, así como otras variaciones y ajustes contables.
¿Cómo se elabora el estado de cambios?
Al igual que los demás estados financieros, el estado de cambios en el patrimonio neto se elabora con los datos de la empresa correspondientes a dos ejercicios consecutivos.
El primer paso para la elaboración de este estado financiero es la contabilización de todas las operaciones que afectan al patrimonio neto de la empresa mediante un asiento contable. Cada movimiento debe ser registrado primero en el estado de ingresos y gastos reconocidos, y luego en el estado total de cambios en el patrimonio neto.
En este último, se completará la casilla correspondiente a cada variación, como ampliaciones o reducciones de capital, operaciones con socios, operaciones con acciones o participaciones propias, distribución de dividendos, subvenciones, ajustes contables, entre otros. El monto del patrimonio neto del ejercicio actual será el resultado de la suma de todas las variaciones registradas en este estado financiero, y deberá coincidir con la cifra presentada en el balance de situación.
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Si deseas obtener más información sobre cómo se aplican estos conceptos en el contexto peruano, puedes consultar fuentes como el Ministerio de Economía y Finanzas del Perú (MEF) y la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), que ofrecen guías y normativas sobre la elaboración de estados financieros.
Importancia del estado de cambios en la toma de decisiones
El estado de cambios en el patrimonio neto no solo es un documento contable obligatorio, sino que también es una herramienta clave para la toma de decisiones empresariales. Al ofrecer una visión detallada de las variaciones en los fondos propios de la empresa, este estado permite a los gerentes y directores comprender mejor cómo las decisiones pasadas han impactado el valor de la empresa.
Por ejemplo, una ampliación de capital puede reflejar una estrategia de crecimiento, mientras que la distribución de dividendos podría indicar una política de retorno a los accionistas. Asimismo, este estado financiero ayuda a evaluar la capacidad de la empresa para financiar nuevas inversiones o cumplir con sus obligaciones financieras.
Al analizar las variaciones en el patrimonio neto, los responsables de la toma de decisiones pueden identificar tendencias y posibles áreas de mejora, lo que es esencial para mantener la estabilidad financiera y lograr un crecimiento sostenido.