Un MBA online mezcla dos conceptos ganadores. La formación superior en Administración de Empresas, vital para mejorar profesionalmente, y la enseñanza en línea, que permite compaginar los estudios con la vida personal y profesional.
Accede a la Guía MBA. Los MBA aportan un gran número de conocimientos y habilidades esenciales para gestionar y dirigir empresas, organizaciones y equipos humanos. Sus planes de estudios se han adaptado tan bien a las demandas actuales del mercado laboral, que muchos de los MBA ya incluso ofrecen especializaciones en función de esas necesidades.
Ahora bien, una de las reticencias más frecuentes a la hora de comenzar estos estudios es su interferencia con el trabajo. Muchos de los estudiantes de MBA son directivos de empresa o empleados con responsabilidad que no pueden interrumpir sus obligaciones profesionales.
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La enseñanza online es un camino ideal para salvar esta dificultad. Se ha convertido en una garantía de aprendizaje tecnológicamente avanzado, de alcance internacional, flexible e inmediato, sobre todo tras la pandemia, cuando se evidenciaron sus numerosas posibilidades formativas y laborales. Los prejuicios en torno a este tipo de formación antes de la pandemia quedaron del todo obsoletos.
La formación en línea permite compaginar la actualización continua, una necesidad vital en los empleos del siglo XXI, con el trabajo que una persona desarrolla en su sector y en su vida personal. Todo se basa en la comodidad: los ritmos de estudio, la entrega de trabajos o la realización de exámenes ahora resultan más flexibles que los exigidos en una metodología presencial.
Además, los posgrados online son en general más económicos que los presenciales. Y no solo con respecto a los costes de la matrícula, sino también por la ausencia de los importantes gastos adicionales de traslado al centro de estudio de estudio y de la residencia del estudiante, si son necesarios, o los costes de transporte diario o de alimentación/manutención fuera del domicilio particular.
Conciliación y nuevas habilidades
Los estudios telemáticos son los grandes aliados de la conciliación laboral y familiar. Pueden existir obligaciones que, más allá de los grandes ámbitos profesional o académico, son tanto o más importantes que estos. Hijos, hijas, familiares dependientes, imprevistos de la vida…
Ciertos horarios no dependen del estudiante. Y solo con una formación de naturaleza online es posible combinar todos los deberes de la vida de una persona. De hecho, la propia autogestión online desarrolla otras capacidades más allá de las convencionales.
Por un lado, las referidas al conocimiento teórico y práctico de las nuevas tecnologías, unas competencias digitales que desde hace tiempo son muy demandadas por las grandes empresas, como las distintas herramientas de gestión digital sin las cuales no se puede avanzar en la propia maestría.
Y, por otro lado, el estudiante en línea multiplica su compromiso, su perseverancia, su capacidad de optimizar el tiempo y su organización personal, aspectos todos ellos determinantes para el éxito académico.
Acompañamiento, contactos y aplicación práctica
Con todo, esa autoexigencia a distancia no significa soledad en el camino a la cima. Ciertos MBA ofrecen tutorías personalizadas. Mediante llamadas telefónicas, correos electrónicos o reuniones telemáticas, entre otras posibilidades, el alumno se siente al principio acogido, y conforme avanza en el plan de estudios, no estudia a ciegas y es capaz de rendir mejor en base a la seguridad y a la organización que demuestra el mentor o la mentora.
Los docentes repasan el progreso de cada estudiante, sugieren mejoras o destacan aciertos, resuelven dudas de manera individual o colectiva, o recomiendan recursos externos que consideran interesantes o complementarios. Además, las evaluaciones pueden ser más objetivas porque se basan tan solo en el rendimiento del estudiante, sin que intervengan en ese criterio otros aspectos ajenos a lo académico.
Las virtudes de la formación presencial se replican y potencian en cierto modo en los formatos telemáticos. La calidad, lejos de resentirse, la continúan marcando el claustro, los contenidos de las asignaturas y la implicación de cada estudiante.
Solo cambia el canal de comunicación. Y el mundo online está claro que es más ágil. Al contrario de lo que podría pensarse, los estudios en línea ofrecen las mismas posibilidades de crear y mantener interesantes redes de contactos laborales (networking). Las plataformas virtuales, pese a la distancia y a las pantallas, son una forma igualmente directa y eficaz de conocer a compañeros que en un futuro pueden resultar claves en la carrera profesional de mucha gente. Además, la aplicación de los conocimientos es inmediata.
Más allá de las prácticas, que ofrecen la misma versatilidad internacional que el resto de la metodología online, los estudiantes de un MBA que trabajen al mismo tiempo en una empresa aplicarán en su día a día los nuevos métodos, más habilidades y mejores estrategias. Con la enseñanza en línea es más fácil estar siempre actualizado.
Además, las maestrías en Administración y Dirección de Empresas de carácter online son, a menudo, títulos oficiales que contribuyen a ganar puntos dentro de un proceso de selección, como en unas oposiciones públicas. La naturaleza online de los MBA demuestra, en cierto modo, el irremediable cambio en el signo de los tiempos: un mercado más internacional, hiperconectado, que mezcla contenidos en gestión corporativa con las últimas innovaciones digitales, y que ofrece la flexibilidad y la constancia necesarias para que nunca dejes de aprender. Un MBA en línea también facilita el éxito profesional
