La planificación de un proyecto es la organización sistemática de las tareas para lograr un objetivo, donde se expone lo que se necesita hacer y cómo debe llevarse a cabo. En este artículo podrás conocer todos los pasos para ejecutarla de manera eficaz.
La definición de planificación implica un proceso anticipado y sistemático de establecer objetivos y seleccionar los medios más adecuados para alcanzarlos. Este concepto se aplica no solo a proyectos específicos sino también a la gestión estratégica en diversos ámbitos de la vida y el trabajo.
Todos aquellos que ejercen la profesión como Directores de Proyectos, en alguna ocasión, habrían querido rebobinar y empezar el proyecto de nuevo. ¿Cuáles habrían sido los resultados si se hubiese trabajado con una planificación de proyecto previa? Seguro que bastante mejores.
La razón del fracaso de los proyectos, muchas veces, es simple: la improvisación. Comenzamos el proyecto presionados por la urgencia, sin la suficiente reflexión previa, en base a suposiciones y a una cierta soberbia basada en que nuestra “experiencia” nos dará la fuerza y la capacidad necesaria para irnos enfrentando a los problemas según vayan ocurriendo. ¡Qué equivocados!
Planificación previa
Los modelos de calidad ya nos advertían que no es posible una acción correcta si no existe una planificación de proyectos previa. El Project Management Institute (PMI) adoptó el modelo de calidad PDCA en la forma de los grupos de proceso de inicio, planificación, ejecución, monitorización y control, y cierre.
Básicamente, la planificación del proyecto es la organización sistemática de las tareas para lograr un objetivo, donde se expone lo que se necesita hacer y cómo debe llevarse a cabo. “La planificación está compuesta por aquellos procesos que establecen el alcance total del esfuerzo, definen y refinan los objetivos y desarrollan la línea de acción requerida para alcanzar dichos objetivos”, en palabras del PMI.
Planificación de un proyecto
Pero la planificación del proyecto no solo define la manera en que el proyecto se ejecuta, sino también cómo se monitorea, se controla y se cierra. El plan varía en función del área de aplicación y de la complejidad del proyecto y debería ser lo suficientemente robusto como para responder al entorno siempre cambiante del mismo. La planificación del proyecto es un proceso iterativo, ya que según avanzamos en su desarrollo podemos tener información más precisa.
La fase de planificación de un proyecto es crítica para su éxito. Durante esta etapa, se detallan las actividades, se asignan los recursos y se establece un cronograma realista. Esta fase permite anticipar desafíos y elaborar estrategias para superarlos eficazmente.
Proceso para planificar un proyecto
Las etapas de planificación de un proyecto comprenden la definición de alcance, la identificación de objetivos, la asignación de tareas y la gestión de recursos. Cada etapa es fundamental para construir un plan sólido y coherente que guíe el proyecto hacia su éxito.
Etapas de Planificación de un Proyecto
Pasos en la planificación de proyectos:
1. Análisis de viabilidad y definición de los objetivos
Comenzamos por analizar el proyecto: entendiendo cuál es su razón de ser, qué necesidades de negocio tiene que cubrir, cuál es su vinculación con la estrategia de la empresa y cuál es su grado de viabilidad. Para ello, se necesita hacer una planificación de alto nivel a través de una estimación de los recursos necesarios en orden de magnitud y su disponibilidad. También, de los costes involucrados, la capacidad operativa y tecnológica, los riesgos críticos y la implicación de las partes clave interesadas. Todo con la finalidad de determinar si el producto del proyecto puede ser entregado para la fecha de finalización y dentro del presupuesto que la organización estableció en su momento.
Es necesario evaluar si el proyecto tiene posibilidades de ser exitoso antes de que la organización comprometa dinero y recursos.
En otras palabras, es necesario evaluar si el proyecto tiene posibilidades de ser exitoso antes de que la organización comprometa dinero y recursos. Este esfuerzo de planificación de alto nivel forma parte del acta de constitución del proyecto, que documenta los objetivos medibles, los criterios de éxito, el cronograma de hitos y un presupuesto inicial.
2. Definición del alcance
En esta etapa se definirán cada una de las tareas y actividades en que se divide el proyecto (WBS o EDT) y las prioridades para su realización, así como la distribución de responsabilidades entre todos los participantes (matriz de responsabilidad, RAM).
También es importante fijar los vínculos de interdependencia entre esas tareas o actividades para asegurar que el flujo de trabajo garantiza los productos y servicios comprometidos por el proyecto.
3. Identificación de los costes y recursos
Incluye los financieros, humanos, materiales y tecnológicos, necesarios para realizar las actividades y tareas definidas. Se detallarán, además, los riesgos que podrían afectar al proyecto y cómo se gestionarían.
4. Elaboración del plan de trabajo integral
Debe detallar cómo se ejecutará, controlará y cerrará el proyecto. Para ello, se elaborarán el presupuesto, el cronograma, el plan de gestión de riesgos, el procedimiento de gestión de cambios, las métricas y controles, el plan de comunicación, el plan de gestión de los recursos humanos, el plan de gestión de riesgos y el plan de involucramiento de las partes interesadas.
5. Revisión del plan en marcha
Durante la ejecución del proyecto es más que previsible que, a la luz de los cambios y situaciones que se vayan dando o a la mejora de la información disponible, sea necesario replanificar algunos de los elementos del plan de trabajo integral del proyecto.
6. Evaluación
Fuera de la propia planificación, pero con el interés de mejorar la planificación de los proyectos venideros, será necesario valorar el grado de consecución de los objetivos iniciales y, mediante un ejercicio de lecciones aprendidas, convertir la experiencia en un activo de la organización que nos permita enfrentarnos con más éxito a futuros retos.
A la hora de planificar un proyecto, el director y su equipo realizan un análisis detallado para saber si es viable lograr los objetivos marcados
El planeamiento de proyectos abarca desde la concepción inicial hasta la finalización del proyecto. Implica una serie de pasos estratégicos y operativos que aseguran que cada aspecto del proyecto esté alineado con los objetivos generales. Esta planificación meticulosa es la piedra angular para lograr los resultados deseados.
Resumiendo, a la hora de planificar un proyecto, el director del mismo y su equipo realizan un análisis detallado para saber si es viable lograr los objetivos marcados y los beneficios previstos para el negocio. Solo después, se decide cómo se lograrán los objetivos, abordando todos los procesos apropiados de la dirección de proyectos y las áreas de conocimiento. Esto implica determinar cuáles son los procesos adecuados para las necesidades del proyecto y ajustarlos a dichas necesidades.
El beneficio clave de este proceso es la producción de un documento comprehensivo, un plan que defina la base para todo el trabajo del proyecto y el modo en que se realizarán las diferentes tareas y que orienta, motiva y compromete a todo el equipo de proyecto y, por ende, a la organización.
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