Así como la máquina de vapor impulsó la primera revolución industrial en el siglo XVIII, esta vez el protagonismo recae en las tecnologías digitales, físicas y biológicas, que prometen cambiar no solo los procesos de producción en las empresas, sino también nuestro estilo de vida.
La palabra “revolución” nos trae a la mente la idea de un cambio profundo, que implica dejar atrás un paradigma establecido para dar paso a una realidad totalmente distinta. Y aunque pueda sonar radical, es un proceso en el que nos encontramos ahora mismo, con la irrupción de nuevas tecnologías y sistemas inteligentes. Los economistas denominan a esta transformación como la Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0.
El impacto de esta nueva revolución es palpable en el mercado laboral. Muestra de ello es la creciente demanda de parte de la industria por profesionales capacitados en sistemas como la robótica, ciberseguridad, ciencia de datos, blockchain, entre otros. Estas áreas forman parte de la Maestría en Industria 4.0 de la Universidad UNIR, una carrera esencial para liderar el proceso de transformación digital en la sociedad.
¿Qué es la industria 4.0?
Para saber con certeza qué es la industria 4.0, es necesario remitirnos a Klaus Schwab, quien acuñó el término en el 2016. El fundador del Foro Económico Mundial asegura que la Cuarta Revolución Industrial es una transformación profunda y acelerada de la sociedad y la economía, basada en la integración de tecnologías digitales, físicas y biológicas.
Esta nueva era de la industria tiene como base a las fábricas inteligentes, que generan datos en tiempo real gracias a la integración entre máquinas y sistemas, es decir, la unión entre componentes físicos y digitales. De allí nacen innovaciones tecnológicas cada vez más sofisticadas como la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, el análisis en la nube o la realidad aumentada.
Es importante señalar que la industria 4.0 no se limita a sistemas inteligentes, pues también engloba conceptos más complejos como la secuenciación genética, nanotecnología, computación cuántica, entre otros.
Etapas de la Revolución Industrial
Si hablamos de una cuarta revolución industrial, significa que previamente existieron tres procesos que cambiaron el rumbo de la humanidad. Veamos en qué consistieron.
Primera Revolución Industrial: Se desarrolló a finales del siglo XVIII y marcó la transición de la mano de obra manual a los sistemas mecanizados, abriendo a su vez el camino hacia la urbanización. Invenciones como la máquina a vapor fueron claves para incrementar la capacidad de producción y facilitar el transporte de pasajeros y mercancías.
Segunda Revolución Industrial: Tuvo lugar entre 1870 y 1914, coincidiendo con el inicio de la Primera Guerra Mundial. Entre sus principales innovaciones figuran las líneas de montaje, que facilitaron la producción masiva en las fábricas. Se impulsaron nuevas fuentes de energía, como el gas y la electricidad; y se crearon nuevos sistemas de transporte como los automóviles y aviones.
Tercera Revolución Industrial: Empezó a gestarse en la década de 1970 de la mano con los avances en la informática y la automatización de procesos. Es en esta etapa cuando la digitalización comienza a dar sus primeros pasos, y se empieza a gestar una sociedad más orientada a la información y el conocimiento.
¿Qué caracteriza a la Cuarta Revolución Industrial?
Para que un proceso pueda denominarse como “revolución industrial”, es necesario que su impacto sea de gran alcance, afectando la producción de bienes y servicios, los modelos económicos y a la sociedad en su conjunto. Estos elementos son, precisamente, los que caracterizan a la industria 4.0, también denominada tecnología 4.0.
Sin embargo, esta nueva fase tiene una característica particular, y es que se desarrolla aprovechando las tecnologías previas, para dar lugar a nuevos avances. Por ejemplo, sistemas avanzados como el aprendizaje automático o big data no serían posibles sin la invención de los microprocesadores o el surgimiento del Internet.
La Revolución Industrial 4.0 destaca además porque permite el intercambio de datos en tiempo real entre máquinas, sistemas y personas, lo que se conoce como democratización de datos. Este es un elemento significativo para la mayoría de compañías, pues al operar de forma interconectada pueden tomar mejores decisiones.
Objetivos e importancia de la Industria 4.0
Uno de los objetivos centrales de la industria 4.0 es el incremento de la productividad en toda la cadena de valor, pues ello dará lugar a una mayor eficiencia en la entrega de productos y servicios en todos los sectores de la economía.
Al incorporar tecnologías de vanguardia, las empresas estarán capacitadas para atender las demandas de los consumidores, con un nivel de personalización que años atrás hubiera resultado impensable. Los procesos derivados de la Cuarta Revolución Industrial incluyen además mayor precisión, transparencia y colaboración.
Esa inyección de eficiencia que promete la industria 4.0 explica en gran medida su importancia. De hecho, se estima que las organizaciones que no se adapten a estos cambios podrían quedar desplazadas en un futuro no muy lejano.
Tecnología 4.0 y su impacto en la era actual
Si bien todavía no ha alcanzado todo su potencial, la industria o tecnología 4.0 es una realidad palpable que lleva varios años entre nosotros, y está cambiando la forma en que trabajamos o interactuamos.
El impacto de la Cuarta Revolución se explica mejor a través de sus componentes. Por ejemplo, los sistemas de big data permiten a las empresas obtener información valiosa para identificar tendencias, optimizar procesos o prevenir errores. En tanto, los robots modernos realizan tareas cada vez más avanzadas, desde ensamblaje de piezas hasta transporte de mercancías.
La tecnología 4.0 también permite simular procesos de fabricación en entornos virtuales para ahorrar recursos, ayudados por herramientas de realidad aumentada, mientras que el Internet de las Cosas facilita la interconexión entre múltiples dispositivos. A ello se suma el papel crucial que está jugando la Inteligencia Artificial, al permitir la automatización de tareas complejas.
¿Dónde se aplica la tecnología 4.0?
La aplicación de la tecnología 4.0 va más allá de la industria manufacturera, pues su alcance se extiende a innumerables sectores y entornos.
Su utilidad se refleja en áreas tan importantes como la salud, a través del desarrollo de tratamientos personalizados en base a datos genómicos. El sector energético, por su parte, se ve beneficiado con la integración de energías renovables y sistemas de gestión inteligentes. En tanto, el desarrollo de vehículos autónomos y la optimización de rutas son ejemplos de la aplicación de la industria 4.0 en el sector de transporte.
En los entornos laborales, la Cuarta Revolución Industrial se presenta como la clave para producir bienes de mejor calidad. Su influencia también es notoria en aspectos como la seguridad, gestión de tareas, monitoreo de personal, reclutamiento, asignación de recursos y las finanzas.
Conocer los componentes de la industria 4.0 es fundamental para cualquier organización, ya que de esa forma podrán aprovechar el potencial de las nuevas tecnologías y adaptarse a un entorno cada día más digitalizado.