El propósito del compliance es prevenir que una empresa incurra en delitos, sanciones o situaciones que puedan afectar negativamente su negocio, reputación y viabilidad.
El concepto de compliance, conocido en español como cumplimiento normativo, hace referencia al área específica de una empresa dedicada a identificar, asesorar, monitorear y alertar sobre los riesgos que pueda enfrentar la organización, ya sea pública o privada, para asegurar el estricto cumplimiento de la legalidad. Este término tiene sus raíces en la reforma del Código Penal español de 2010.
El compliance empresarial surgió en Estados Unidos en la década de los 70, asociado a casos de corrupción y prácticas contrarias a la competencia justa en el sector financiero. En 2005, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea definió el compliance corporativo como “el riesgo de que una empresa pueda incurrir en sanciones, multas, pérdidas financieras o de reputación debido al incumplimiento de leyes, regulaciones, normas de autorregulación o códigos de conducta aplicables a su actividad”.
Por lo tanto, el objetivo del compliance es evitar que una empresa enfrente delitos, sanciones o situaciones adversas que puedan comprometer su negocio o reputación y, en última instancia, su viabilidad futura. Para lograrlo, las empresas han desarrollado áreas específicas de compliance que implementan rápidamente las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento de todas las normativas que afectan al negocio. Si no se puede evitar el delito, el compliance puede reducir significativamente las consecuencias jurídicas.
En Perú, el concepto de compliance ha ganado relevancia, especialmente con la promulgación de leyes y regulaciones que refuerzan la responsabilidad de las empresas en el cumplimiento normativo. Por ejemplo, la Ley N° 30424, modificada por la Ley N° 30835, regula la responsabilidad administrativa de las personas jurídicas por el delito de cohecho activo transnacional y establece la necesidad de contar con modelos de prevención. Puedes obtener más información en el portal de la Superintendencia de Mercado de Valores del Perú.
En 2015, una revisión del Código Penal español hizo obligatorio para las empresas contar con planes de prevención de riesgos penales y un órgano o función responsable de su verificación. Esta normativa ha influido en otros ámbitos jurídicos, como la Protección de Datos, y ha impulsado la creación de la figura del Compliance Officer, el responsable del cumplimiento normativo en una organización. En Perú, este rol es cada vez más relevante, adaptándose a la normativa local y a las exigencias internacionales.
Tipos de compliance en la empresa
Al implementar el compliance en una empresa, se distinguen entre modelos genéricos y específicos de cumplimiento:
Modelo genérico o de superestructura de compliance: Este modelo se basa en el marco regulatorio global proporcionado por la norma ISO 19600, que establece directrices y buenas prácticas para implementar la función de compliance en cualquier empresa u organización.
Modelos específicos de cumplimiento: Estos modelos abordan áreas jurídicas concretas, tales como:
- Compliance penal: Enfocado en evitar delitos penales dentro de la empresa.
- Compliance corporativo: Relacionado con la gobernanza y el buen funcionamiento de la empresa.
- Compliance medioambiental: Dirigido a cumplir con las normativas medioambientales.
- Compliance de prevención de riesgos laborales: Centrado en la seguridad y salud en el trabajo.
- Compliance anticorrupción: Orientado a prevenir actos de corrupción.
- Compliance de salud pública: Relacionado con las normativas de salud pública.
- Compliance fiscal y tributario: Asegura el cumplimiento de las obligaciones fiscales y tributarias.
El rol del Compliance Officer es integrar estos sistemas específicos dentro de un marco general, mantener la coordinación y supervisión del modelo para garantizar su eficacia y alinearlo con las necesidades del negocio.
La importancia del compliance para una empresa
En el análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) que realiza el equipo gestor de una compañía, el cumplimiento normativo se sitúa generalmente en el marco de los riesgos y amenazas al crecimiento. Esto puede deberse a novedades normativas que impacten en un sector productivo o a un contexto de inestabilidad política y legislativa que comprometa ciertas operaciones empresariales.
Hoy en día, el público objetivo de una empresa (clientes, trabajadores, proveedores, inversores y la sociedad en general) exige una conducta y un cumplimiento que a menudo superan las exigencias legales. Por ello, entender los riesgos y amenazas que supone el incumplimiento normativo —desde una perspectiva jurídica y social— y asignar los recursos de manera eficiente para garantizar el cumplimiento es crucial para el futuro de la compañía.
En este contexto, la función del área de compliance es anticiparse a los riesgos potenciales, demostrando al equipo gestor que el cumplimiento no es solo un coste necesario para hacer negocios, sino una posición estratégica que agrega valor y asegura el futuro de la organización.
¿Cómo especializarse en compliance?
La función de compliance ha cobrado importancia en los últimos años. Compañías de todos los sectores han incorporado un área de cumplimiento para protegerse de incumplimientos normativos y el impacto reputacional que esto puede acarrear.
Los profesionales formados en ciencias jurídicas están bien posicionados para avanzar en su carrera y asumir el rol de Compliance Officer. Además de contar con conocimientos avanzados en Derecho societario, penal y mercantil, es esencial que desarrollen competencias para asesorar en situaciones de responsabilidad civil, penal y/o administrativa. También deben ser capaces de definir e implementar planes de compliance que permitan monitorear y anticipar posibles hechos delictivos.
Una excelente manera de desarrollar estas competencias es a través de programas de posgrado como la Maestría en Asesoría Jurídica de Empresas. Estos títulos de posgrado proporcionan a los graduados en Derecho, Administración de Empresas (o dobles graduados en Derecho y ADE) y carreras afines, la formación necesaria para desempeñar estas funciones. Es importante tener en cuenta que para desarrollar todas las funciones de un Compliance Officer, es necesario ser licenciado o graduado en Derecho.
Otros posgrados útiles incluyen la Maestría en Abogacía y Derecho Penal o la Maestría en Derecho Penal Económico, que también se ofrecen 100% online. Especializarse en Derecho penal económico y compliance permite entender las complejidades de los delitos económicos, facilitando su prevención, investigación, persecución y resolución.