Descubre qué es el riesgo operacional, los factores que lo componen y cómo gestionarlo eficazmente para proteger tu negocio.

La mayoría de empresas, sin importar a qué industria pertenezcan, se enfrentan diariamente a escenarios que podrían interrumpir sus operaciones diarias o afectar su flujo de ingresos. A este conjunto de contingencias se le denomina riesgo operacional, y guarda relación tanto con eventos internos como externos.
Aunque son muchos los elementos que pueden dar lugar a la aparición de riesgos operativos, las tendencias actuales apuntan al factor tecnológico. En este caso, posibles brechas de seguridad cibernética pueden facilitar los ataques por parte de hackers o piratas informáticos.
Debido a ello, hoy más que nunca es necesario adoptar medidas para identificar posibles amenazas en los sistemas informáticos y hacerles frente. En la Universidad UNIR te preparamos para responder a estos desafíos, dándote la opción de estudiar una Maestría en Ciberdelincuencia, o bien nuestra Maestría en Inteligencia Económica y Ciberinteligencia.
Además de la tecnología, existen diversas categorías de riesgo operacional que debes conocer para que tu organización no se vea sorprendida con pérdidas como consecuencia de procesos defectuosos o inadecuados. Conoce más a continuación.
¿Qué es el riesgo operacional?
De acuerdo al Marco Internacional de Capital Revisado, conocido también como Basilea II, el riesgo operacional u operativo se refiere a la posibilidad de que una organización sufra pérdidas, como consecuencia de fallos de sus procesos, personal, sistemas internos o acontecimientos externos. (1)
Tales pérdidas pueden ser tanto económicas como de reputación, lo que incluye la desconfianza tanto de clientes como de inversores y proveedores. A medida que las operaciones empresariales sean más complejas, la exposición al riesgo será más elevada.
Lejos de ser un concepto nuevo, el riesgo operacional se gestiona desde hace muchos años en sectores como el bancario y financiero, ya que son más propensos a sufrir errores de procesamiento, intentos de fraude, demandas legales o interrupciones en su servicio.
Factores y causas del riesgo operacional
Si te preguntas cuáles son los riesgos operacionales que enfrentan diariamente las empresas, estos se clasifican de acuerdo a los factores que los originan. Veamos cuáles son los principales.
Procesos internos
Las empresas diseñan una serie de procedimientos a seguir para poder operar y entregar sus servicios de forma adecuada. Cuando estos protocolos son omitidos o no se siguen de acuerdo a lo planificado, podrían dar lugar a posibles pérdidas financieras como consecuencia de incumplimiento de plazos o gastos por encima de lo planificado.
Recursos humanos
Esta clase de riesgo operativo está asociada a deficiencias por parte del personal, ya sean errores involuntarios, ineficiencia o conducta alevosa, incluyendo fraudes y robos. En esta categoría también se incluyen los incumplimientos por parte de proveedores, ya que pueden afectar directamente la cadena de suministro de la empresa.
Tecnologías de la Información
Los fallos en la seguridad de los sistemas informáticos también están considerados como riesgos operacionales, ya que pueden ocasionar filtraciones de datos o impedir el común desarrollo de la actividad empresarial. Además, puede dejar a la organización a merced de ciberataques.
Eventos externos
También se consideran como riesgos operacionales a aquellas situaciones que no pueden ser controladas por la empresa, como desastres naturales, inestabilidad económica, crisis política o cambios regulatorios. Si bien una organización no puede prevenir estos escenarios, sus líderes deben crear estrategias adecuadas para hacerles frente.
Ejemplos de riesgo operacional
Los riesgos operacionales pueden tener su origen en circunstancias muy diversas, por lo que no es difícil encontrar situaciones de este tipo en todos los sectores empresariales.
Entre los casos más comunes, encontramos las fallas en la gestión de procesos. Por ejemplo, si una empresa realiza la entrada de datos sin una supervisión adecuada, corre el riesgo de ingresar información irrelevante o errónea.
También puede ocurrir que exista un protocolo, pero los trabajadores no reciban la capacitación necesaria para ponerlo en práctica. Cuando ello ocurre, es posible que se pasen por alto señales de alerta, se generen demoras o la producción de bienes resulte defectuosa.
Si nos enfocamos en los riesgos de fraude, estos se pueden poner en práctica mediante la apropiación indebida de fondos, falsificación de estados financieros, sobornos, etc. Estos esquemas también pueden provenir de actores externos, a través de ciberataques, robo de equipos, falsificación de documentos, etc.
Cómo gestionar el riesgo operacional
Al existir varias clases de riesgo operativo, es imposible adoptar una misma estrategia de gestión en todos los casos. Al margen de ello, el primer paso consiste en reconocer que tales riesgos son inherentes prácticamente a todas las tareas, y que su identificación es útil para reducirlos y sopesarlos.
Encontrar manuales de gestión de riesgo operacional no es tarea difícil, ya que muchas organizaciones disponen de este material, adaptando el contenido a sus propias actividades. En este caso, tomaremos como referencia el programa de la Armada de Estados Unidos, que plantea cuatro principios de gestión de riesgo operacional que se pueden aplicar en diferentes industrias:
- Aceptar el riesgo cuando los beneficios potenciales superen los costos.
- No aceptar ningún riesgo innecesario.
- Anticipar y gestionar el riesgo a través de la planificación.
- Tomar decisiones de riesgo en el nivel adecuado. (2)
En base a esos principios, corresponde identificar los riesgos más urgentes que la organización debe hacer frente y anticiparse a ellos. La forma más eficaz de hacerlo es a través de métodos de cuantificación y puntuación de riesgos, utilizando simulaciones que vinculen cada riesgo con su posible impacto.
Una vez que los riesgos operativos han sido identificados, es posible adoptar medidas concretas, incluyendo:
- Transferir el riesgo: Implica delegar a un tercero la gestión del riesgo. Por ejemplo, un seguro contra riesgos cibernéticos.
- Evitar el riesgo: Si bien asegura que la empresa no se vea afectada, también conlleva abandonar iniciativas que podrían ser relevantes.
- Implementar controles: Es un punto medio entre aceptar y evitar el riesgo, poniendo en práctica una determinada actividad, pero implementando controles y medidas de seguridad.
Finalmente, recuerda que el monitoreo es un factor clave, ya que si algo caracteriza a los riesgos operacionales es que adoptan nuevas formas a lo largo del tiempo, lo que hace necesario medir, supervisar y ajustar los planes de gestión.
Bibliografía APA
(1) Convergencia internacional de medidas y normas de capital. Marco revisado (2004, junio) Comité de Supervisión Bancaria de Basilea. Banco de Pagos Internacionales https://www.bis.org/publ/bcbs107esp.pdf
(2) Naval Postgraduate School – NPS (n.d.) Operational Risk Management. Naval University System https://nps.edu/web/safety/orm