El narrador es esencial en la evolución de la trama, y la elección de un tipo u otro le confiere una idiosincrasia única a la obra, por lo que es crucial conocer las características del narrador.
La primera decisión a la que un autor debe enfrentarse es el tipo de narrador que utilizará para contar su historia. Aunque el autor es quien escribe y da vida al relato, el narrador es un personaje dentro de la novela y también puede ser el encargado de transmitir la historia a los lectores, lo que resalta la importancia de esta decisión. Sin ser necesariamente uno de los personajes del texto, el narrador juega un papel fundamental que condiciona todo el proceso creativo. Depende del punto de vista que el narrador adopte, su participación en la historia y la información que posea para contarla, existen varios tipos de narrador en la literatura. Para identificar qué tipos de narradores se encuentran en una novela, es necesario prestar atención a la persona gramatical que utilizan.
Tipos de narradores según su participación en la historia:
Narrador en primera persona
El narrador en primera persona es bastante común en la literatura contemporánea y otorga un tono más realista a cualquier historia. Puede no ser el protagonista, pero sí es uno de los personajes principales. Existen tres tipos de narrador en primera persona:
Narrador protagonista:
Cuenta la historia desde su punto de vista, asumiendo un papel principal. Suele ser aquel que narra su propia experiencia. Ejemplo de narrador protagonista en la literatura: “…y allí estaba mi Lo, con su belleza marchita, sus manos adultas y llenas de gruesas venas, sus brazos blancos con la carne de gallina, sus orejas lisas, sus axilas descuidadas. Allí estaba mi Lolita, definitivamente ajada a los diecisiete años, con esa criatura que ya soñaba en su vientre con tener éxito en la vida, hacer mucho dinero y retirarse hacia el 2020 después de Cristo.” – Lolita, adaptado de Vladimir Nabokov.
Narrador testigo:
Narra una historia que no es la suya, pero la conoce porque puede estar relacionado con ella de manera indirecta o incluso haber sido testigo de ella, aunque no la haya vivido como protagonista. Este tipo de narrador se emplea a menudo en cuentos. Ejemplo de narrador testigo en la literatura: “Estaba oscureciendo. El alumbrado se encendió al otro lado de la ventana. Los dos hombres sentados a la barra leyeron el menú. Nick Adams los observaba desde la otra punta de la barra. Estaba charlando con George cuando entraron.” – Los asesinos, adaptado de Ernest Hemingway.
Monólogo interior:
En este caso, el narrador no cuenta una historia al lector, sino que se dirige a sí mismo, por lo que a veces el mensaje puede ser más complejo de entender. No relata, sino que reflexiona, recuerda y manifiesta emociones. Esto se conoce como el flujo de conciencia del protagonista, su pensamiento. Ejemplo de monólogo interior en la literatura: “Cuán extraño es sentir cómo el hilo que de nosotros surge se adelgaza y avanza cruzando los nebulosos espacios del mundo que entre nosotros media. Se ha ido. Aquí estoy, en pie, con su poema en la mano. Entre él y yo media el hilo.” – Las olas, adaptado de Virginia Woolf.
Narrador en segunda persona
Este tipo de narrador es poco común y resulta complicado. Puede presentarse en formato epistolar, donde el narrador se dirige a un “tú/usted” o “vosotros/ustedes”, a menudo apelando al propio lector. Ejemplo de narrador en segunda persona en la literatura: “Usted ha de amar el bello armario de su dormitorio, con la gran puerta que se abre generosa, las tablas vacías a la espera de mi ropa. Ahora los tengo ahí. Ahí dentro. Verdad que parece imposible; ni Sara lo creería.” – Carta a una señorita en París, adaptado de Julio Cortázar.
Narrador en tercera persona
En este caso, el narrador relata la historia desde fuera y no participa en ella o lo hace lo menos posible. El narrador en tercera persona se dirige a uno o varios personajes de forma directa. Existen dos tipos de narrador en tercera persona según su conocimiento del mundo creado por el autor:
Narrador omnisciente:
Conoce todos los detalles de la historia, incluyendo lo que ocurrirá en el futuro. Uno de los aspectos más destacados del narrador omnisciente es su conocimiento de los pensamientos de cada personaje y su capacidad para explorar los aspectos psicológicos de cada uno de ellos. Ejemplo de narrador omnisciente en la literatura: “Todos los ojos le miraban. Notó Daniel, el Mochuelo, en sí, las miradas de los demás, con la misma sensación física que percibía las gotas de la lluvia. Pero no le importó. Casi sintió un orgullo tan grande como la tarde que trepó a lo alto de la cucaña al sacar de su bolsillo la moneda reluciente, con el agujerito en medio, y arrojarla sobre la arpillera.” – El camino, adaptado de Miguel Delibes.
Narrador equisciente:
Se enfoca en un solo personaje, por lo general el protagonista, y desconoce los sentimientos y pensamientos de los demás personajes. Tiene una visión limitada y narra la trama de manera objetiva. Ejemplo de narrador equisciente en la literatura: “Cuando Gregorio Samsa despertó una mañana después de un agitado sueño, se encontró en su cama convertido en un insecto monstruoso. Estaba echado sobre el córneo caparazón de su espalda y al levantar un poco la cabeza, contempló la figura convexa de su oscuro vientre (…).” – La Metamorfosis, adaptado de Franz Kafka. Cada tipo de narrador ofrece soluciones diferentes y presenta a los personajes de manera distinta. Una vez elegido un tipo de narrador, es importante mantener su coherencia en la narrativa. A veces, en una misma obra pueden aparecer varios narradores, pero es fundamental comprender las características de cada uno de ellos. Ahora que conoces los tipos de narrador, es relevante destacar que, con la Maestría en Teatro y Artes Escénicas de UNIR Perú, o la Maestría en Literatura Española y Latinoamericana y la Maestría en escritura creativa te prepararas para realizar un análisis profesional de propuestas artísticas.