Pedro Pablo Alayza y Ramón Mújica Pinilla reflexionaron sobre la historia y cultura hispanoamericana junto a otros prestigiosos especialistas internacionales. El evento contó con la colaboración de UNIR.
Los reconocidos historiadores peruanos, Pedro Pablo Alayza y Ramón Mújica Pinilla, participaron recientemente en el foro ‘Hispanoamérica: un futuro compartido’, celebrado en sede de la Fundación Rafael del Pino en Madrid (España), para desentrañar los valores artísticos y sociológicos tras la pintura virreinal.
El evento, en el que colaboró la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), reunió alrededor de varias mesas redondas a una veintena de prestigiosos expertos internacionales, para reflexionar sobre la historia y cultura hispanoamericana, además de servir como preámbulo al estreno de la película ‘Hispanoamérica’.
Este filme documental, rodado en Perú, México, Ecuador, España, Bolivia y Estados Unidos, está copatrocinado por UNIR y dirigido por José Luis López-Linares, uno de los máximos representantes del género en España y ganador de tres premios Goya.
Pedro Pablo Alayza, actual director del Museo de Arte Contemporáneo de Lima.
El largometraje muestra, a través del esplendor visual que constituye el patrimonio arquitectónico, pictórico, escultórico y musical de la época, la gran historia compartida entre América y España durante más de trescientos años, hasta la actualidad. El argumento se apoya en el rigor científico ofrecido por los testimonios de más de 60 expertos e historiadores, fundamentalmente americanos.
Pensamiento y arte en el barroco
Las jornadas se vertebraron mediante mesas redondas que trataron temas como ‘El liderazgo en la expansión ultramarina’, ‘Pensamiento y arte en el Barroco’, ‘Comunicar la hispanidad’, ‘El nacimiento de Hispanoamérica’ y ‘Fusión e intercambio entre América y España’.
En la mesa dedicada al arte barroco intervino Pedro Pablo Alayza, actual director del Museo de Arte Contemporáneo de Lima, quien aportó su mirada experta de curador en una obra cumbre del arte pictórico virreinal: ‘El matrimonio de don Martín García de Loyola con doña Beatriz Ñusta’. Este cuadro anónimo refleja dos bodas de especial significación, el del capitán Martín García de Loyola –sobrino nieto de San Ignacio– con Beatriz Ñusta, hija del Inca Sayri Túpac; y el producido cuatro décadas después entre su hija mestiza, Ana María Lorenza de Loyola Coya, con Juan Enríquez de Borja, bisnieto de San Francisco de Borja.
‘El matrimonio de don Martín García de Loyola con doña Beatriz Ñusta’.
”Se trata de un lienzo cargado de simbolismo político que representa un pacto de sangre entre la élite inca y la élite jesuita, un resumen preciso del espíritu de La Compañía, pero también de la estética barroca”, expresó durante su introducción el especialista peruano.
Para desentrañar otros aspectos que trasluce la obra, recordó la influencia social en el siglo XVII que los jesuitas tenían sobre suelo americano, ganándose incluso el respeto del cacique revolucionario, Túpac Amaru I. “Antes de su ejecución pidió al pueblo cuzqueño no romper lazos con los jesuitas. Y es que de alguna manera existió un acuerdo con la forma de vivir de los incas que se conservó por siglos hasta el día de hoy, vigente en muchas formas tradicionales andinas”, subrayó.
“No obstante -agregó- la élite inca mantuvo cierto poder, obtuvo prerrogativas y cartas de probanza que demostraban su noble linaje. Fue el último grupo de poder prehispánico y, con la llegada de los españoles, los caciques se acomodaron a la nueva autoridad a través de alianzas”.
En el extremo izquierdo, Pedro Pablo Alayza en un momento de su intervención.
En su análisis, Alayza destacó la forma de presentar en un vértice del cuadro a la clase alta inca, con su vestimenta tradicional, la misma que utilizaban en cada fiesta del Corpus Christi en el Cuzco. “Se refleja una idea de lo barroco y de una espiritualidad. Esos incas adaptados tenían devoción a la Virgen, que aún pervive en miles de descendientes que peregrinan al santuario de Copacabana, en Bolivia”, concluyó.
Arte, sincretismo e historia
En la misma mesa redonda sobre ‘Pensamiento y arte en el Barroco’ participó Ramón Mújica Pinilla, historiador e investigador de la cultura visual, sincretismo religioso y hermenéutica en América virreinal. Sus primeras palabras fueron para definir el arte barroco iberoamericano: “En realidad es un arte contrarreformista, distinto a los cánones de perfección renacentista, ya que utiliza la belleza visual como sermones para los ojos de los analfabetos”.
Ramón Mújica Pinilla, historiador e investigador de la América virreinal.
Con esta visión del arte como un método de instrucción religioso y de conversiones, el historiador ahondó desde una perspectiva antropológica. “En el proceso de formación de las nuevas identidades étnicas, culturales y sociales van a aparecer nuevas iconografías distintas a las europeas, con propuestas y significados también renovadores”, resaltó.
Para desarrollar ampliamente esta idea, tomó como referencia la serie de cuadros sobre el ‘Niño Jesús con vestimenta inca’ pintados desde mediados del siglo XVI y de autores desconocidos. Las obras plasman una escultura policromada encima de un pedestal e irradiando una luz sobrenatural y divina. “Este rasgo, contraviene lo puramente catequético que había marcado el Concilio de Trento”, reseñó el historiador.
Éste contó que la efigie tuvo muchas réplicas en los templos de la época y era especialmente venerada por la población indígena. Sin embargo, no ha llegado a nuestros días ninguna, solo las pinturas que la representan.
“La veneración a las imágenes -explicó Mújica Pinilla- se convirtió en una amenaza para el poder virreinal en forma de idolatría. Fue a partir de la intervención de un célebre obispo de Madrid, quien interpretó que ese Niño Jesús vestido con túnica inca era percibido como el nuevo Mesías, al cual invocaban los indígenas para restaurar el Tahuantinsuyo. De ahí que se prohibiera esta iconografía, aunque su culto volvió en la etapa borbónica”, señaló.
Ramón Mújica centró su exposición en la serie de cuadros sobre el ‘Niño Jesús con vestimenta inca’.
Al final de su intervención, el experto ofreció una valoración del tema reflejado en los lienzos y una particular reflexión: “Estas imágenes cifraban los dos grandes reclamos de la nobleza inca del s. XVIII: participar activamente dentro de la organización administrativa y litúrgica de la iglesia católica y tener mayor poder político. Cuando esto no es posible, viene la revuelta de Túpac Amaru II y se enciende la chispa de la futura Independencia. Ésta no surge de las nuevas ideas ilustradas de la Revolución Francesa, sino cuando los caciques ven que sus ideales religiosos como católicos no están siendo satisfechos”, aseveró.
Colaboración de UNIR
La mesa redonda en el que participaron los dos historiadores peruanos, junto a otros expertos de España y México, estuvo coordinado por Ana Zabía de la Mata, quien ha desarrollado su carrera profesional en el Museo de América de Madrid y ahora trabaja como directora de Proyectos de Patrimonio Cultural de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
La moderadora explicó el objetivo del foro ‘Hispanoamérica: un futuro compartido’, con la colaboración activa de UNIR: “Cuando organizamos este encuentro pensamos en mostrar el diálogo común entre España y América. Hemos dejado que sean los especialistas e investigadores quienes, desde un diálogo fructífero, nos enseñen cómo podemos trabajar para seguir construyendo un futuro común”, aseguró.
Ana Zabía de la Mata, directora de Proyectos de Patrimonio Cultural de UNIR.
El evento, contó con ponentes internacionales de primer nivel procedentes de México, España, Venezuela, Ecuador, Perú, Argentina, Bolivia, Cuba y Chile. Durante las dos jornadas abordaron temas de gran relevancia como el valor del patrimonio artístico hispanoamericano, así como los grandes hombres y mujeres que han formado parte de este proceso histórico. También se trataron los retos que afronta la comunidad hispana en el futuro como potencia internacional.